Cuando tienes un pequeño dolor, o te encuentras mal, o tienes un problema importante, al compartirlo con tu madre parece que disminuye, que se calma, porque la solución que ella ofrece sea la que sea, es la panacea de todos los males.
Cuando tu madre esta enferma de Alzheimer, y aunque se lo digas sigue mirando la tele o se la ha olvidado a los dos minutos, este dolor, problema o lo que tengas se acrecienta por la pena que produce verla así. Comprobar que ya no es el capitán del barco, que ya no ofrece soluciones, que de repente tú te has convertido en la cuidadora de lo que toda la vida fue la fortaleza y protectora de todos, propios y ajenos, hace que todo se derrumbe a tu alrededor, que dudes de que puedas ser capaz de ofrecer ayuda a los tuyos, se apodera de ti un sentimiento de desamparo que te convierte en un ser desvalido, triste, débil, sin ganas de seguir, con miedos.....muchos miedos.
Esto me lleva a ponerme en tu piel A.D., que tu madre no responde a nada, que no esta contigo, que te estas despidiendo con cuarenta años y no puede acompañarte en tu despedida, que ni siquiera puede decirte adiós, que no sabrá nunca lo que estas pasando, que cuando te hayas ido ella seguirá ahí sin saber que fue de su hija, sin saber si alguna vez tuvo hijos, sin recordar que tuvo un marido que también se fue joven, una vida corta, segada por esta terrible enfermedad.
A.D. te deseo hasta que nos digas adios, el menor sufrimiento posible físico y emocional, que en este momento no sé cual de los dos es mas agresivo.
Un abrazo muy fuerte y ...buen viaje criatura.
E.M.
E.M.